
Documental: Guerrero.
Las autonomías forzadas.
Es la una de la tarde, 77 días después de que la caravana debió pasar por el estado de Guerrero, llegamos esperando los 30° de temperatura que se sienten como 40°. No hay lecturas de poesía, ni presentaciones de libros, tampoco se pretenden conversatorios sobre las autonomías artísticas, ni hablar de las problemáticas sobre los recursos culturales del estado. Con el nerviosismo en el aire (Con las recomendaciones de abstención por algunos gestores y artistas de algunos municipios de Guerrero) y el boom de noticias sobre la seguridad de Guerrero, llegamos.
Es la celebración de la autonomía de los policías en el municipio de Tierra Colorada, que está en medio del trayecto entre Chilpancingo y Acapulco (punto clave entre ambos municipios). A pesar del clima nadie de los asistentes a la celebración se va, la carpa está justo afuera de las oficinas de la policía comunitaria de Tierra Colorada, es 30 de abril y en la carretera los conductores que van con globos, balones, piñatas y demás juguetes. Miran con extrañeza lo que no parece ser una celebración del día del niño común, la fotografía de uno de los 43 normalistas desaparecidos, personas sentadas en una mesa larga y niños jugando en los alrededores (algunos con camisas parecidas a las de los policías voluntarios de la comunidad que están recorriendo la carretera) llama la atención de los que pasan por ahí.
Sí, es 30 de abril y en la comunidad de Tierra Colorada los niños (algunos hijos de policías caídos en enfrentamientos) hacen fila para entregarle una rosa blanca y abrazos como agradecimiento a los policías voluntarios del F.U.S.D.E.C, la guardia comunitaria que cumple 4 años de formarse, después de la detonación de la violencia desde el año 2011.
Mientras se dan los pronunciamientos, las personas de la comunidad llegan con distintos presentes como comida, dulces y juguetes para los niños, quienes los ven pasar mientras escuchan con sus padres las propuestas al frente comunitario al que pertenecen sus madres y sus hermanos mayores, por parte del consejo comunitario.
Terminan los pronunciamientos, los niños corren a hacer fila para recibir sus regalos mientras se presenta Ludovic Bonleux y Francisco Lobato, director y sonidista del documental “Guerrero” quienes anuncian la presentación e inauguración del documental en la comunidad, el cual se estrenó previamente en la Cineteca Nacional un mes antes. Aunque el documental no habla del enfrentamiento en la comunidad en Noviembre del 2016, si habla de Petaquillas, municipio cercano en el cual no se puede presentar, por la inseguridad y los temas que presenta el material, mencionan, mientras se acomodan las estructuras y las pantallas debajo de la carpa, son las cuatro de la tarde y aunque la temperatura no cede, los pobladores no anuncian su retirada, esperan ver el documental.
Guerrero.
Hablar de Guerrero, desde los que no hemos vivido ahí más de una semana, es hablar lo que los medios de comunicación alimentan o pueden cubrir, desde los periodistas asesinados y los mitos creados por las grandes cadenas de televisión, desde los miles de campesinos obligados a abandonar forzadamente sus tierras en la que han vivido sus ancestros, desde los que han tenido que abandonar sus costumbres y su forma de vida. Hablar de Guerrero desde un mexicano, al que le han hablado de la independencia en una clase de historia con un libro de texto del sistema educativo o desde el miedo que conlleva la confianza de la unión de una comunidad que resista, grite y actúe.
El documental filmado en los municipios de Tlapa y Petaquillas habla sobre ese Guerrero, hecha por Ludovic, documentalista de origen francés, el cual se acerca y filma los lugares rurales que no han abandonado el campo, a pesar de los desplazamientos por el uso del suelo.
Muestra las distintas formas de organización comunitaria desde los mismos pobladores con distintos uniformes:
- Los policías municipales que a falta de tierras y de fuentes de empleo aceptan el trabajo, obedeciendo los mandatos que incluyen la violencia contra sus vecinos, familiares y paisanos, donde el salir de sus tierras no es una opción, ya que la sobresaturación de los empleos y la discriminación que conlleva ir a las grandes ciudades no dejan más opción que permanecer, a cualquier costo en el lugar de origen,
- Los policías comunitarios, que no sólo se enfrentan al crimen organizado, la falta de recursos y de equipo. Las otras policías comunitarias (que no parecen comunitarias) y las violencias por parte de las instituciones gubernamentales.
- Los consejos comunitarios. Que tratan de sobrellevar las leyes de la constitución para la soberanía de los pueblos originarios y que les toca lidiar con los distintos tipos de corrupción, pero que tienen opciones de operación desde la organización comunitaria.
- Las organizaciones de búsqueda de desaparecidos: que no cuentan con los recursos necesarios para realizar las búsquedas y que dan esperanza a las familias de la comunidad.
Hablar de Guerrero, es hablar otro lenguaje, es hablar el lenguaje de la muerte y su sistema de comunicación, es hablar de la autonomía forzada, del circulo de la rabia y por lo tanto, de una identidad desde la confrontación, desde las opciones que da la generación de la economía desde el territorio, donde hablar del campo es hablar de inseguridad, donde lo baldío no lo es al 100%.
En el que la autonomía y la independencia crean el miedo y la rabia, donde la palabra promesa ya no significa más que un eslabón identificable para el siguiente paso, el actuar.
En el documental Mario Vergara, joven de Petaquillas, quien ha buscado desesperadamente a su hermano junto con la organización de los consejos comunitarios que han ayudado a diferentes personas a encontrar a sus familiares y que viven todos los días con el miedo y la rabia de la búsqueda, que conlleva al enfrentamiento constante con policías y autoridades municipales en la búsqueda de la justicia y los procedimientos legales que necesitan cuando encuentran a alguno de ellos.
“Si se arma la lucha armada, el gobierno ya tendría el pretexto que quiere” dice Mario, al hablar sobre la organización de los consejos comunitarios y la seguridad de sus territorios. “Cuando te matan o desaparecen a alguien, la vida no vuelve a ser la misma, ya no se puede regresar a casa”, menciona, mientras la imagen muestra la salida de su casa, en una calle baldía, donde se puede sentir la tensión de no estar resguardado, de sentir la extrañeza de que la ventana donde caiga el atardecer no sea la misma que vieron tus abuelos cuando hicieron la casa en la que podrías seguir viviendo, si tus familiares a los que buscas, aparecieran, o nunca se hubieran ido.